Sujeto

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viernes, 8 de octubre de 2010

El fracaso y el arte

Unas notas a propósito de

Diálogo en el vacío y otros escritos

(Matti Meged)

I

Hay que avanzar para vivir. Hay que fracasar y ser consciente de la necesidad de fracasar si queremos seguir creando. No debemos crear con la intención de tener éxito, sino que debemos enfrentarnos al arte con la intención de comprender un poco mejor el mundo.

Pienso que el fracaso (sobre todo tras la lectura de este texto) es esencial, porque quizás, si consiguiéramos tener un gran éxito al tratar de reproducir el mundo estaríamos afirmando la simplicidad y vacuidad de lo que nos rodea, que puede ser total y exitosamente captado en una obra de arte. Es por esto que el fracaso es esencial, pues demuestra la inconmensurabilidad e imposibilidad de aprehender el mundo.

II

Decía Paul Éluard:

Il suffit d’avancer pour vivre
D’aller droit devant soi
Vers tout ce que l’on aime

Devant soi la route est légère
Et s’ouvre sur tous les rivages
Derrière, il n’y a que des chaînes


Comprender que el fracaso es algo inherente al hombre y a la creación nos permite avanzar. Nos hace más libres. El fracaso nos libera. Nos libera de las cadenas que nos mantendrían en estado de inactividad si únicamente actuáramos cuando el éxito fuera seguro. Como ya hemos dicho en clase, somos como asíntotas. No vamos a cortar los ejes, y cuando nos demos cuenta de ello se abrirán frente a nosotros todas las orillas, vislumbraremos todas las posibilidades que nos esperan cuando sin miedo y dispuestos a caer avanzamos hacia aquello que buscamos: comprender mejor el mundo.


III

Es interesante el vínculo que existe y que queda patente en el texto entre aquello que imaginamos, que deseamos, y aquello que fabricamos. ¿Cómo transformar las ideas en materia? Es ahí (recordando a Rancière), en el trabajo, en lo concreto, donde todo queda demostrado, donde nos ponemos en evidencia. Giacometti acepta que aquello que él quiere crear no se parece finalmente a aquello que crea. Este es otro proceso de flujo constante, lleno de fuerza y vibraciones. Un trasvase de poderes de un mundo ideal a otro material, del cielo a la tierra, de la mente al lienzo. Finalmente, nos damos cuenta de que sólo contamos con nuestro cuerpo para llegar a aquellos lugares maravillosos en los que podemos aprender realmente algo nuevo, donde se nos abren todos los planos en todas las direcciones.

IV

Finalmente, lo único que podemos hacer es seguir caminando. Como los personajes de Beckett, seguiremos tratando de contar nuestra historia. Como Giacometti, fracasaremos para conseguir que las imágenes creadas se parezcan cada vez más a las imágenes pensadas. Así, cuerpo y mente, idea y materia se aproximarán cada vez más, y poco a poco, nos acercaremos al absoluto, a la solución, al éxito, vislumbraremos la luz, nos rozará quizás la piel, pero nunca la aprehenderemos realmente.